Historia: extracto
“Algo se trastornó entre yo y el mundo.
El mundo se me escapó.
No me quiere, y yo no lo quiero – una vaga animosidad”
WITOLD:
Tengo la palabra. No podéis quitarme la palabra. Yo voy a hablar porque tengo la palabra. ¡Atención, yo hablo! ¡Silencio, hablo yo! Callaos, callaos, callaos, hablo yo, yo hablo!
Y os diré cosas muy graves, pero
Que mis pies descalzos acompañen
Mis labios… Allá, abajo
De mi persona, que aparezca este pie descalzo,
Y yo hablaré descalzo, descalzo…
Oh, comprendo muy bien por qué
Os burláis de mí...
¡Mi querida familia!
Al ver mis pies descalzos, ¡creéis
Que todo os está permitido conmigo!
Si yo no estuviera descalzo, si yo fuera semejante a los otros muchachos decentes, ¿os habríais animado a burlaros así de mí?
Es que en mí hay cierto relajamiento
Y es por eso que todo se hace de alguna manera
Pesado y terriblemente relajado. Todo deviene arbitrario.
Todo se hace posible… Todo, todo es admisible…
¡Dios mío! ¡Dios mío!... Pero esta palabra “dios” en mis labios,
Asociada a mi pie descalzo
¡Adquiere un aire relajado!
Hace tiempo que me di cuenta
De que el mundo sigue mis humores,
Antes solía yo ser alegre,
Entonces el mundo era en cierto modo más alegre.
Pues bien, ya hace un momento
Que en mí algo se trastornó. Por eso es que
También el mundo produce un sonido falso, desagradable,
Incluso mi familia.
Yo soy responsable del mundo.
¡Yo soy el Señor del mundo! ¡Ah! No os burléis de mí.
Yo sé, yo sé,
Que soy un mocoso de diecisiete años,
No soy nada,
Soy un cachorro,
No me toméis en serio,
Yo mismo no me tomo en serio…
Historia (Opereta), Fragmento 12.