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“Cosmos” es para mí uno de los libros contemporáneos más sensacionales y más profundos. Es una novela que se sitúa a una verdadera escala “cósmica”: la macrofísica de las constelaciones y la microfísica de los pastos y los desechos opuestos a un cosmos análogo en el ser humano, sobre la base de correspondencias, de equivalencia, de señales…
He ahí la transposición artística de todo el problema del determinismo y del no determinismo, de las fluctuaciones de toda la ciencia contemporánea.
Se trata, asimismo, de una de las primeras incursiones en un dominio descuidado por Freud: el “inconsciente físico”, que está en el funcionamiento total del cuerpo en toda actividad humana.
Carta a Witold Gombrowicz del 19 de junio 1965

Existen también novelas de otro género, falsos relatos como los de Gombrowicz, que son algo así como máquinas infernales. Gombrowicz tiene un gran conocimiento del psicoanálisis, del marxismo y de muchas otras cosas, pero mantiene al respecto una actitud escéptica, aunque construye objetos que se destruyen en el acto mismo de su construcción, creando así el modelo de lo que podría ser una novela a un tiempo analítica y materialista.
Jean-Paul Sartre, “Sartre par Sartre”, Le Nouvel Observateur, nº. 272 del 27 de enero de 1970